Esta tradición viene desde la época romana y conjuntamente con la entrega de los anillos, juega uno de los papeles más importantes en la boda.
El uso de las arras viene de la tradición hebrea en la que se juntan 13 monedas y se meten en un saco que es el que se les entrega a los novios, para así simbolizar el cuidado que se le dará a los bienes familiares en conjunto. Actualmente las intercambian los novios, mostrando la responsabilidad de ambos y el compartirlo todo. Suelen ser 13 monedas debido a que simbolizan los doce meses del primer año en el que compartirán sus riquezas y uno más para los pobres, además de que el número 13 simboliza buena fortuna.
Por otra parte este elemento tan simbólico que es participe en la gloriosa y bella ceremonia, son los que se encargan de demostrar de alguna manera el pasaje de ida y vuelta que se realiza entre lo profano a lo sagrado. Los padrinos son los encargados normalmente de entregar este detalle simbólico, pero en algunas ocasiones los pajes de más corta edad con mayor cercanía a los novios también lo suelen hacer.
En el aspecto religioso no solo muestran la prosperidad fructífera de los bienes de ambos, si no también el compromiso y responsabilidad en conjunto que les espera en esta nueva travesía. Estas 13 monedas se guardan cuidadosamente en un cofre que comúnmente se sienta sobre un cojín blanco que representa la pureza sobre la que se lleva. Algunas personas suelen cambiar la cajita por una de cristal para darle un toque especial al detalle.
Las arras son las monedas que han ido pasando de mano en mano, circulando de las manos del padrino, al novio y del novio a su futura esposa, de esta manera se va perdiendo el significado material del dinero hasta volverlo puro, espiritual y sagrado.
Después de todo nosotros no somos los que decidimos las bendiciones que nos son otorgadas, sino más bien debemos saber valorarlas y cuidarlas para que perduren, poniendo mucho trabajo y esfuerzo para lograrlo.
